domingo, 20 de enero de 2008

Diccionario político, 3ra parte

Esta es la última entrega del diccionario político, en la que describo a grandes rasgos los movimientos políticos e ideológicos que coexisten hoy en el mundo.
En Argentina, hoy por hoy estas corrientes no están identificadas en su totalidad con los partidos políticos existentes, sino que conviven en todos ellos; en muchos casos terminan entremezclándose transformándose en híbridos.
También redacté una definición bastante simple de lo que es la ideología liberal, pero con el tiempo voy a expandirme más sobre el tema. Espero les sea de ayuda.

CONSERVADURISMO: El término surgió luego de la Revolución Francesa, y se refería a la corriente política que abogaba por la continuidad del sistema monárquico; eran conocidos también como la DERECHA política.
Hoy por hoy, es aquel posicionamiento político que aboga por la continuidad en las formas de vida tradicionales y es adverso a los cambios bruscos o radicales. En lo social, los conservadores defienden valores tradicionales, se oponen a la división de Iglesia - Estado y tienen tendencias claramente nacionalistas.
En lo económico son proteccionistas, descreen de los beneficios de la importación de productos y por lo tanto tampoco consideran al mundo como un mercado, sino que se concentran en la producción interna. En estos días sigue siendo la posición política e ideológica que tiene asociación directa con la definición de DERECHA.

SOCIAL DEMOCRACIA: La socialdemocracia es una ideología política que surgió a finales del siglo XIX a partir del movimiento socialista.
Los socialdemócratas modernos se diferencian del socialismo en la intención tradicional de pretender acabar con el predominio del sistema libremercadista - republicano. Consideran la economía de mercado necesaria para el desarrollo pero a su vez afirman que el Estado debe regularla imponiendo principalmente impuestos altos para así poder solventar, entre otras cosas, subsidios a desocupados, empresas estatales y una alta cantidad de empleados públicos.
Esas regulaciones afectan a la libertad individual de los individuos y avanzan en contra de los mismos limitando, principalmente, su derecho de propiedad.
Los partidos social demócratas son ubicados en el espectro político como grupos de CENTRO o CENTRO IZQUIERDA.

LIBERALISMO: El liberalismo es una corriente de pensamiento filosófico, social, económico y de acción política, que promueve las libertades civiles y el máximo límite al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo y es la doctrina en la que se fundamentan el gobierno representativo y la democracia parlamentaria.
Surgió en respuesta a los absolutismos monárquicos, regímenes en los que el poder del Estado -representado por el rey- era ilimitado; los liberales creen que los individuos tienen derechos intrínsecos y no que el Estado se los otorga.
Se basa en el principio de la libertad individual, defiende la libre iniciativa y el libre comercio en economía, la igualdad jurídica de los ciudadanos, la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), un estado de derecho garantizado por una constitución, la participación en la vida política de un electorado seleccionado, la representación de ese electorado en un parlamento con poder legislativo, la tolerancia religiosa, separación de la Iglesia del Estado.
Es por esa razón que se diferencia de las demás corrientes políticas e ideológicas, ya que tanto las llamadas IZQUIERDA, DERECHA y CENTRO tienen asimilada la idea de un Estado regulador de las personas mientras que para los liberales el poder estatal debe ser limitado al máximo.

NEOLIBERALISMO: Término despectivo utilizado para calificar al proceso (y sus políticas) llevado adelante en Latinoamérica por fuerzas tradicionalmente antliberales como el PJ en Argentina, el PRI en México y el PSD en Brasil que imitaron algunas políticas liberales, por ejemplo privatizaciones y aperturas de mercado, pero a su vez mantuvieron prácticas netamente estatistas como estabilizar la moneda por ley, mantener impuestos altísimos o un fuerte incremento de la deuda pública tanto interna como externa para poder mantener un gasto estatal que crecía rápidamente.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡saludos!

Anónimo dijo...

Hola Manuel,
Antes que nada debo felicitarte por el excelente trabajo que realizaste en estas tres entregas del diccionario político, que tiene un alto valor propedéutico. Obviamente, como todo en política, no escapa a valoraciones.
La primera de ellas tiene que ver con tu definición de neo liberalismo. En primer lugar no creo que sea un mero Término despectivo utilizado por la izquierda. Hay una tendencia dentro del liberalismo (en el ámbito local Benegas Lynch, Cachanosky,) que niegan la existencia del neo liberalismo. No comparto esta postura.
El neo liberalismo existe, es el nuevo liberalismo, o el resurgir liberal, depende de la concepción que se tenga del Estado de Bienestar (si es o no una forma de liberalismo) vigente después de la gran guerra y acentuando su presencia después de la depresión.

El neo liberalismo, lógicamente es esencialmente el mismo liberalismo clasico, pero hay divergencia signadas por el contexto histórico en el que se desarrollaron. El neo liberalismo, así los llamaron sus propulsores, implica una vuelta a la economía clásica, cuestionada en varios puntos, por décadas. Pero hay disonancias y para esto me baso en el último curso editado de los seminarios del College de France, “El nacimiento de la biopolítica” de Michel Foucault, comentado en un articulo, por el descalificador compulsivo Thomas Abraham.
Foucault observa que los antecedentes del pensamiento liberal en la economía moderna deben remontarse a los años 30 en los que Walter Eucken que dirige la revista Ordo, funda la escuela de los economistas ordoliberales de Friburgo. Para el ordoliberalismo en lugar de diagramar un mercado bajo supervisión del Estado a la manera del primer liberalismo, se trata ahora de crear un Estado bajo funcionamiento del mercado.
Los descendientes de esta escuela - vía Hayek y von Mises -, los neoliberales, consideran que lo esencial del mercado no es el intercambio sino la competencia, lo que implica un tránsito de la necesaria equivalencia que induce el pensamiento intercambista, a otro de la inevitable desigualdad que promueve un régimen de competencia. Sólo esta última puede asegurar la racionalidad económica. Ésta no se da espontáneamente. Los ordoliberales inspirados por la fenomelogía de Husserl, consideran que la competencia es un “eidós”, una idea que no nace espontáneamente, gracias a la intuición, sino que necesita para que esto ocurra una serie de condiciones artificialmente implementadas. La competencia necesita una gobernabilidad activa, hay que gobernar para el mercado

Por otro lado, la izquierda no solo califica de neo liberal a los gobiernos latinoamericanos, sino también a gobierno de otras partes del mundo.
De más está decir que coincido en tu afirmación que dichas políticas fueron llevadas adelante en Latinoamérica por fuerzas tradicionalmente antliberales, como el PJ en Argentina, el PRI en México y el PSD en Brasil y el resto de tus afirmaciones.

En otra parte de la definición de liberalismo, vislumbro: “el liberalismo propone… la participación en la vida política de un electorado -seleccionado-, la representación de ese electorado en un parlamento con poder legislativo”. No entiendo lo que se quiere decir con -seleccionado-.

Felicitaciones por el artículo
Un abrazo
José Guillermo

Anónimo dijo...

También aprovecho para hacerte otro comentario, pues me quede con ganas desde el diccionario número 1, si bien en aquella oportunidad cite un comentario de José Benegas sobre un artículo de mi autoría, y fue contestado un tanto groseramente, por una srta llamada Very, te daré mi opinión al respecto.
Como afirma Sebreli términos como izquierda o derecha, progreso o atraso, socialismo o fascismo, democracia y liberalismo, revolución e ideología, están hoy manipulados, distorsionados, contaminados y se los emplea en un sentido tan amplio y vago, fluctuante e incierto, que ya no es posible saber bien que es lo que significan.
Creo que debe admitirse que los conceptos políticos no son entidades metafísicas definitivas y eternas y se modifican de acuerdo con la época y las circunstancias
Pero admitir la fluidez de los vocablos no es autorizar el todo vale caer en la confusión de designar con nombre distintos el mismo fenómeno. Hace falta, entonces, como bien hiciste vos Manuel, confeccionar un nuevo diccionario, redefinir, resemantizar, volver a examinar estas palabras de modo de que sepamos de que estamos hablando cuando las mencionamos.
Disiento con tus aseveraciones y la de algunos liberales, sobre que el liberalismo no esta enmarcada ni en la derecha ni en la izquierda. Eso es pernicioso para los que deseamos que el liberalismo sea una opción política y electoralmente valida, ya que considero que, siempre que exista políticas alternativas, y en tanto no se imponga la unanimidad totalitaria, una de las opciones deberá estar a la izquierda relativamente de la otra y viceversa.

Un abrazo
José Guillermo